1. Toma mucha agua
Asegúrate de hidratarte ni bien te levantes. Si no bebemos suficiente agua, nuestra piel puede volverse más seca y apagada, y las líneas de expresión pueden hacerse más visibles. Beber agua a primera hora de la mañana, especialmente antes del café o el té, ayudará a eliminar toxinas y a que nuestra piel esté más firme y radiante.
2. Utiliza un limpiador suave
Durante el invierno, cambia a un limpiador hidratante que ayude a humectar la piel seca y mantenga su barrera para ayudar a protegerla de los efectos dañinos del clima frío. Un limpiador suave, como el Face Reset Cleanser de Jess Beauty, es una gran opción que no despojará a la piel de sus aceites naturales, manteniendo una barrera de hidratación saludable mientras calma el enrojecimiento y la inflamación.
3. ¡No te olvides de hidratar!
Hidrata tu rostro a diario (y varias veces al día) y dale a tu piel la nutrición que necesita con nuestro Twin Momma Belly Balm. Una combinación de aceites vegetales (manteca de cacao, manteca de karité, aceite de aguacate, aceite de argán, aceite de aguacate y aceite de girasol) proporcionan una hidratación profunda y duradera. Y no olvides el protector solar; una dosis diaria de SPF 30 mantendrá la piel cubierta, incluso en los días fríos y nublados.
4. Suma Niacinamida a tu rutina de skincare
La niacinamida es un derivado de la vitamina B3 que desempeña un papel importante en el metabolismo energético y la salud celular, nutriendo, calmando el enrojecimiento y reduciendo la inflamación. Aplicando nuestro Shine Bright Serum te ayudará a hidratar tu piel, reponer vitalidad y ayudar a igualar el tono. También favorece la pigmentación, ayuda a estimular la producción de colágeno y da como resultado un cutis más luminoso.
5. Protégete con FPS
Por muy importante que sea nutrir e hidratar la piel durante los fríos meses de invierno, no olvides la última capa de protección: el protector solar. Incluso en los días fríos y nublados, los rayos UV pueden atravesar las nubes y afectar a tu piel. Incorporar un FPS a tu rutina de cuidado de la piel es esencial para protegerla de la dañina radiación UV. Actúa como barrera protectora contra el envejecimiento prematuro, las manchas solares y los posibles daños cutáneos, garantizando que tu piel se mantenga sana y radiante. Aplica una dosis diaria de FPS 30 o superior después de tu crema hidratante para mantener tu piel cubierta y protegida, haga el tiempo que haga.