De la idea al éxito: Conoce historia detrás de Jess Beauty

Desde que surgió la idea de crear su propia línea de cuidado para la piel, la modelo, mamá, influencer, y empresaria Jessica Barboza, no ha parado de trabajar hasta alcanzar su sueño. El año pasado inauguró la marca de skincare Jess Beauty, y tan solo unos pocos meses después logró que fuera reconocida y respetada por miles de personas por sus increíbles fórmulas y beneficios. 

Todo parece como tocado por una varita mágica, pero detrás de increíbles resultados, hay una mujer decidida, emprendedora, y muchísimo esfuerzo puesto para cumplir sus metas. ¿Cuándo empezó todo?¿Cómo fue el proceso?¿Qué desafíos se encontró en el camino? Acompáñanos a conocer la increíble historia detrás de Jess Beauty y entérate de todo esto y más.

¿Cuándo diste el primer paso en la creación de Jess Beauty?

J - Todo comenzó desde una necesidad que yo tenía como consumidora asidua de skincare. Soy una apasionada del entendimiento de lo que son las fórmulas, la composición, el porqué de cada ingrediente, el porqué de cada activo, y, viendo que no conseguía dentro del mercado el producto ideal para las condiciones que yo estaba viendo en mi piel, nace la idea de crear un producto. Pero todo nació como un sueño muy aéreo, que había que aterrizar. 

Seguí indagando sobre el tema y luego de conversar bastante, a principios de 2020, antes de la pandemia, se planteó realmente la posibilidad de empezar a materializar esto. 

¿Cómo fue el proceso de creación de la marca?

J - El paso uno con el que nos encontramos era dónde íbamos a realizar la manufactura de los productos y con quién. En ese momento había dos lugares que nos llamaban la atención: Francia o Corea. Yo apuntaba el segundo porque toda la innovación pasa actualmente por ahí. Cuando decidimos que iba a ser Corea, el desafío fue poder conseguir el laboratorio que verdaderamente nos garantizara el producto de la calidad que nosotros queríamos. Iniciamos entonces un proceso de desarrollar relaciones con las representantes de cada laboratorio, de testear el producto de cada laboratorio, que entendieran lo que queríamos desarrollar, con todo lo que implicaba cada ida y vuelta del envío de muestras, .

J - Dentro de este proceso aprendimos lo que nosotros queríamos, y empezamos a definir cómo iba a ser Jess Beauty y los ideales de nuestra marca. Queríamos un producto hecho desde cero, una formulación personalizada y adaptada a las necesidades en las que nosotros queríamos enfocarnos. Generalmente muchos laboratorios ofrecen lo que se llaman líneas blancas, que son productos muy buenos que ya están desarrollados y solo tienes que ponerle la etiqueta, pero nosotros no queríamos hacer eso, el proceso que nosotros queríamos comenzaba desde cero. Entonces ahí empezamos a definir qué iba a ser Jess Beauty: queríamos productos veganos, limpios, sin fragancias ni aceites esenciales para que no causen irritación en la piel. Y en todo ese ida y vuelta también comenzamos a ver cuáles iban a ser los ideales de nuestra marca.

¿Fue sencillo crear un producto tan específico y personalizado?

J - Mira, cuando encontramos el proveedor ideal, dijimos estamos donde tenemos que estar, esto va a ser sencillo, de aquí a seis meses podemos tener nuestros productos desarrollados. Pero varios meses pasaban solamente para lograr una de las formulaciones que nosotros queríamos obtener y para eso había mucho trabajo, mucha investigación, y comunicación constante entre el laboratorio y nosotros. Por eso es que cada fórmula, cuando la teníamos finalmente lograda, se sentía como un gran éxito, como el nacimiento de un hijo. 

¿Qué otros desafíos encontraste? 

J - Yo creo que comenzamos el proceso de manera muy inocente, pensando que iba a ser mucho más rápido, mucho más fácil, y nos fuimos encontrando con muchos desafíos conforme íbamos transitando. Fue un proceso súper largo, pero que nos sirvió porque de esta manera podemos garantizar que todos los parámetros y exigencias de los productos que se crean dentro de la marca van a ser cumplidos. 

Por ejemplo, una vez que teníamos nuestra identidad, la personalidad de marca, el brand book y la fórmula, dije OK, nos graduamos, estamos listos. Pero entonces nos encontramos en un nuevo proceso; buscar los proveedores para conseguir un empaque que estuviera adaptado a nosotros, que fuera compatible y verdaderamente efectivo para la fórmula que estábamos desarrollando. Los empaques finalmente los conseguimos en Corea y ya teníamos todo listo, teníamos nuestro producto, nuestro empaque y estábamos todos contentos con lo que habíamos logrado. Y de pronto, el Test de Compatibilidad no aprobó el empaque, y nos encontramos con que teníamos que volver a comenzar a buscar nuevos proveedores desde cero. 

J - En el momento fue un dolor de cabeza, pero yo siento que nos dejó la experiencia de entender cómo es el proceso y lograr desarrollar productos que verdaderamente representan el ideal de producto que nosotros teníamos.

Una vez que tuvieron el producto terminado y listo para la venta, ¿Cómo viviste el proceso del lanzamiento?

J - En principio pensábamos empezar vendiendo por internet en Estados Unidos y todo Latinoamérica. Pero la cosmética tiene un nivel de complejidad adicional a los productos online, sobre todo en temas de restricciones específicas de cada país. Desde el vamos planteamos a Jess Beauty como un envío puerta a puerta a diferentes países, democratizando la marca y haciéndonos cargo del proceso de principio a fin. Para poder hacer esto, tuvimos que ver uno por uno cuáles eran los requisitos para poder importar nuestros productos, las restricciones sanitarias de cada país, y priorizar a lanzar la marca en algunos países que ya teníamos el camino hecho.

Después de esto viene la parte logística, donde hay múltiples factores a tener en cuenta, como: El almacenamiento correcto de los producto, la optimización de los empaques para el envío, la infraestructura para que el camino desde la compra hasta la entrega del producto esté en tan solo 24 hs, y el manual de operaciones para la atención al cliente, incluso hasta después de la compra. 

¿Qué papel jugó tu marca personal y la comunidad en las redes sociales en el lanzamiento de Jess Beauty?

J - Yo creo que lo que más influyó es la confianza que se armó con las personas que coinciden conmigo dentro de las redes sociales. Yo jamás me dediqué a vender en redes sociales, y creo que eso se traduce en que las personas que siguen mi contenido saben que les voy a mostrar únicamente productos que uso y recomiendo realmente. 

Las marcas que recomiendo siempre son con las que me siento identificada, relacionada con ellas, que formen parte real de mi vida y mi rutina, y que son compatibles con la persona que yo soy.  Es el voto de confianza que si viene de Jess, debe estar bueno. Pero si la prueba inicial viene de ese voto de confianza, que eso se sostenga depende puramente de la calidad del producto que estamos ofreciendo. Eso es fruto del trabajo y compromiso que tuvimos a la hora de desarrollar productos realmente de calidad.

¿Cuál es tu deseo para el futuro de Jess Beauty?

J -  Mi objetivo es que la gente se enganche con el producto por lo bueno que es, y no porque yo se lo estaba recomendando. La meta más grande es que Jess Beauty supere cualquier vínculo que pueda tener con mi nombre, que se sostenga por sí mismo y por la calidad del producto que hemos desarrollado.